Shoftim: postres de manzanas, buen curry, ensalada de palta

La parashá de esta semana, Shoftim (jueces), comienza estableciendo reglas para la administración de la justicia y contiene algunas prohibiciones relacionadas al culto, como ser:

No plantarás para ti ninguna clase de árbol junto al altar del Eterno, tu Dios. (Deuteronomio/Devarim 16:21)
El sidur Etz Hayim comenta que no debemos plantar árboles al lado del santuario, para evitar que se piense que adoramos a la naturaleza (como en los cultos paganos). Podemos admirar la naturaleza, pero no adorarla. Sin embargo, el Rabino Leiner, en su obra Mei Hashiloach, nos recuerda que Abraham plantó árboles en su lugar de culto. Esto refleja los cambios en nuestras tradiciones. Algo que era apropiado en un momento, deja de serlo para las siguientes generaciones.

La lectura de Shoftim coincide con el comienzo del mes de Elul, y sus diferentes tradiciones de Selijot; las oraciones que nos preparan espiritualmente para Rosh Hashaná. Los judíos de origen Sefaradí rezan diariamente, al amanecer, durante el mes de Elul. Los askenazíes lo hacen solamente la semana previa a Rosh Hashaná. En un formato moderno el sitio web “Jewels of Elul” nos regala una reflexión diaria durante Elul con un mensaje a nuestra casilla de correo (también disponible en español).

Esta semana nos regalamos la receta de un postre: frutos de árboles para las diversas tradiciones.
http://matkonhashavua.blogspot.com/2012/08/shoftim-carpaccio-de-fruta.html




Hacer las cosas bien

No ofrecerás en sacrificio al Eterno, buey o cordero que tenga defecto o cualquier imperfección, porque abominación es eso para el Eterno (Devarim / Deuteronomio 17:1)
No encontramos muchos comentarios sobre esta prohibición, en especial teniendo en cuenta que en la época moderna los sacrificios animales se han sustituido por otros rituales, más civilizados y menos primitivos. No parece muy relevante prestar tanta atención a los defectos o imperfecciones de los animales que se sacrificaban en el Templo en Jerusalem. Lo que no dice este versículo, pero lo sabemos de otros textos bíblicos, es que la carne de los sacrificios era la carne que consumían quienes traían las ofrendas. Es decir, asegurarse de utilizar los mejores ingredientes, resultaba en una buena comida.

Consejo que sigue siendo muy válido. No hay receta que valga si no prestamos atención a la calidad de los ingredientes: cómo fueron producidos, de dónde vienen, cómo los conservaron, etc.

De igual forma, en nuestra vida cotidiana, familiar y laboral debemos comportarnos sin defecto e imperfección si queremos que el resultado no sea abominable. Demos de nosotros mismos lo que tenga menos imperfección y defectos, para que el resultado sea el más agradable.

Entonces como receta elegimos un curry usando ingredientes sin “defecto o cualquier imperfección”.
http://matkonhashavua.blogspot.com/2014/08/shoftim-hacer-las-cosas-bien-curry-de.html




No debemos destruir los árboles que dan fruto (aunque los frutos no nos gusten)

En esta parashá leemos una de las leyes bíblicas que limita nuestro comportamiento en la guerra:

Cuando sitiares una ciudad durante un largo tiempo, luchando contra ella para poder capturarla, no debes destruir los árboles. Podrás comer de ellos, pero no puedes cortarlos (Devarim / Deuteronomio 20:19)
Estos versículos son la base del concepto "bal tashjit / no debes destruir": no debemos destruir los árboles que dan fruto y que son nuestro sustento. Ni siquiera en tiempo de guerra.

Rab. Susan P. Fendrick en su comentario de esta parashá en “The Women’s Torah Commentary” nos propone recordar que la Torá también es un “etz jaim” un "árbol vivo" que da frutos. Muchas veces, cuando leemos la Biblia desde una perspectiva moderna y feminista, estamos tentados a ignorar parte de los textos que nos ofenden. Se puede decir en otras palabras: quisiéramos tirar abajo el árbol. Bal tashjit nos recuerda: la Torá es un árbol que da frutos. Puede ser que no todos los frutos nos sean apetecibles, pero no podemos tirarlo abajo.

Compartimos una receta con frutos de árboles - un postre de manzana con nueces.
http://matkonhashavua.blogspot.com/2013/08/shoftim-manzana-con-frutos.html






Relacionado a este versículo leemos en el Talmud de Babilonia (Taanit 23a), la historia del sabio Honi, conocido como “el hacedor de círculos” que nos enseña:

un día marchaba por el camino y vio a un hombre que plantaba un algarrobo.
Honi le preguntó: ¿Cuánto tiempo tarda este árbol en dar frutos?
El hombre respondió: Setenta años.
Honi volvió a preguntar: ¿Estás seguro de que vivirás setenta años más?
El hombre respondió: Cuando nací encontré algarrobos crecidos en el mundo; como mis antepasados los plantaron para mí, también yo los planto para mis hijos.

En este mes de Elul, en que nos preparamos para Rosh Hashaná, nos preguntamos: ¿Qué plantamos hoy para que sus frutos lo disfruten las próximas generaciones?

Nuestra amiga Raquel siempre nos invitaba a pasar por su casa a recoger frutos de palta de su jardín con árboles inmensos que plantaron ella y Enrique z"l hace muchos años. Para ellos les dedicamos esta receta de fresca ensalada de Palta y Naranja de estación.
http://matkonhashavua.blogspot.com/2015/08/shoftim-frutos-de-arboles-para-ensalada.html




Cada persona es un árbol

Nuestros sabios encontraron en la parshá Shoftim una oportunidad para reflexionar sobre la ecología. En Deuteronomio 20:19 se prohíbe la destrucción de árboles frutales que rodean a una ciudad sitiada y en el versículo siguiente explícitamente se permite el uso de árboles “que no dan fruto comestible” para la guerra:

Solamente los árboles que tú sabes que no dan fruto comestible, éstos podrás destruir y cortar para sitiar la ciudad que te hace guerra, hasta su rendición. (Deuteronomio 20:20)
Pero en el medio de estos dos versos tenemos una frase que comienza con "ki ha'adam etz hasade" (porque el hombre es un árbol en el campo) y que es traducida de diversas formas por nuestros sabios.

Rashi la plantea como una pregunta: “¿Acaso los árboles del campo son humanos para retirarse de la ciudad sitiada?“ Es decir, los árboles que no tienen forma de defenderse no deben ser atacados.

Otros como el Maharal de Praga (Rabino Juda Loew ben Bezalel) describen “Porque el hombre es un árbol en el campo” como una metáfora. En el hombre la educación y la sabiduría son sus raíces. Un árbol con muchas ramas y frutos, pero pocas raíces se cae fácilmente. Así el hombre que no tiene conocimiento y sabiduría puede ser fácilmente desarraigado o destruido.

Esta dialéctica inspiró al poeta israelí Nathan Zach quién, luego de la Shoá, no sentía la misma confianza que Loew.

¿Cuando es el hombre como un árbol en el campo?
Como el árbol, el hombre florece.
Como el hombre, el árbol es cortado.
Y yo no sé donde he estado y donde estaré
como un árbol en el campo.

Es así que nosotros nos sumamos con optimismo: ¡cuidemos al árbol como un hombre en el campo!

Podemos oír el hebreo por Shalom Janoj y disfrutar de la torta que hacemos con los frutos que nos regaló el manzano. Este postre lo preparaba la abuela Raquel, y le agregaba toda su energía: ¡como un árbol en el campo!
http://matkonhashavua.blogspot.com/2011/08/shoftim.html


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