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Mostrando las entradas con la etiqueta Balak

Balak - la burra que habla

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Balak rey de Moav se dá cuenta del éxito de Israel y contrata al profeta pagano mago Balaam para que descargue sus maldiciones sobre el pueblo de Israel. El mago sale al camino montado en su burra, hasta que se cruza un ángel en el camino y la burra se detiene. Balaam no ve al ángel y le pega a la burra para que siga caminando. Y la burra vio al ángel del Eterno puesto de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano, y se desvío el burra del camino, y anduvo por el campo. Y golpeó Balaam al burra para hacerla volver al camino. (Bamidbar / Números 22:23) La burra ve al ángel, no una vez, sino tres veces (Números 22:23, 22:25, 22:27). Los comentaristas no comentan sobre el hecho que quien ve y habla es una burra, no un asno. Es más, en el Tzena Urena (escrito en 1590 por un hombre), neutralizo el sexo del asno. Irónicamente el Tzena Urena fue escrito por Rabbi Shlomo ben Isaac Ashkenazi con comentarios simplificados de la lectura semanal de la Torá y pasajes del Talmud para

Balak - crepes para organizarnos para recibir amigos

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En esta parashá Balak (rey de Moab) le pide a Balaam (profeta pagano) que maldiga al pueblo israelita. Pero Balaam en lugar de maldecirnos, nos bendice comenzando con la hermosa bendición que decimos cada vez que entramos a una sinagoga: מַה טֹּבוּ אֹהָלֶיךָ יַעֲקֹב ¡Cuán bellas son tus tiendas, oh Iaakov, tus moradas, pueblo de Israel!  (Números 24:5) El Rabino Dr Reuven Hammer en su comentario del Sidur “Or Hadash” nos explica: Estas palabras son apropiadas para recitar cuando entramos a la sinagoga, ya que los Sabios interpretaron la palabra “ohaleja” “tus tiendas” como las sinagogas y casas de estudio. Y por otro lado el Talmud (BT Bava Batra 60:a) explica que Balaam, bendijo a las carpas de Iaakov, porque estaban dispuestas de tal forma que una familia no podía ver dentro de las otras carpas, mostrando respeto por la privacidad personal. Balaam no bendice a las personas sino a las carpas. Lo que impresiona a Balaam es que las carpas están estructuradas de tal

Balak - morrones invisibles

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El año pasado ya contamos la historia del profeta pagano Balaam y su burra /asna que tiene la particularidad de ser un animal que habla (algo no muy común en una historia bíblica) y que acompañamos con una receta de Burritos parlantes.  Pero esta asna no solo habla sino que tiene la capacidad de ver lo que es invisible a los ojos de Balaam: "Y la asna vio al ángel del Eterno puesto de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano, y se desvío el asna del camino, y anduvo por el campo. Y golpeó Balaam al asna para hacerla volver al camino." (Bamidbar / Números 22:23) La asna ve al ángel, no una vez, sino tres veces (22:23, 22:25, 22:27).  Los comentaristas no comentan sobre el hecho que quien ve y habla es una asna, no un asno.  Es más,  en el Tzena Urena (escrito en 1590 por un hombre), neutralizo el sexo del asno. Irónicamente el Tzena Urena fue escrito por Rabbi Shlomo ben Isaac Ashkenazi con comentarios simplificados de la lectura semanal de la Torá y pasaje

Balak - Burrit@s que hablan

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Una vez más encontramos una lectura que plantea muchas preguntas, nos hace pensar y deja muchos mensajes. "Y abrió el Eterno la boca de la burra, y (esta) dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho para que me hayas pegado ya tres veces?" (Bamidbar / Números 22:28) Primero recordemos la historia: Balak rey de Moav se dá cuenta del éxito de Israel y contrata a Balaam para que descargue sus maldiciones sobre el pueblo de Israel. El mago sale al camino montado en su burra, hasta que se cruza un ángel en el camino y la burra se detiene. Balaam le pega a la burra porque no ve al ángel, y esta le hace una cantidad de preguntas que lo hacen reflexionar. Balaam ve al ángel y escucha sus palabras. Como resultado, Balaam bendice a Israel, en vez de maldecirlo. Parashat BALAK lleva el nombre del malo de la historia, y llama la atención. Muchos maestros insisten que esta porción de la Torá debería llamarse BALAAM ya que termina bendiciendo a Israel. Pero en Matkon Hashavua, fieles a nu

Balak - Repartiendo Bendiciones

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Esta semana comienza con un Balak temeroso del número y poderío de Israel, buscando al mago Balaam y pidiéndole maldiciones para el pueblo de Israel: "Ven y maldice para mí a este pueblo, porque es mas poderoso que yo; quizá así prevaleceré y podremos vencerle, y lograré desterrarlo de la tierra, porque sé que a quien tú bendigas será bendito, y al que maldigas será maldito." (Numeros-Bamidbar 22:6) Beit Ramah se pregunta por qué Balak no pide a Balaam bendiciones para su propio pueblo en vez de pedir maldiciones para sus enemigos? Estaba tan lleno de odio que olvidó las necesidades de su pueblo y solo podía pensar en lastimar a su enemigo. Muchas veces olvidamos ponernos en el lugar del otro, y no podemos percibir las sensibilidades y perspectivas del prójimo, olvidando que es mucho más lo que compartimos que lo que nos divide. En este espíritu, esta semana compartimos un Taller de Cocina en Bait Jadash, dedicado a la COEXISTENCIA y b asado en el libro “Jerusale

Balak - kebab en Limud BA

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En la historia de esta parashá Balak, rey de Moab y  Balaam, profeta pagano, describen como ellos ven a los israelitas, incluyendo la bendición “Ma tovu ohaleja Iaakov, mishkenoteja Israel  - ¡Cuán bellas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, pueblo de  Israel! “ (Números 24:5), que decimos cada vez que entramos a la sinagoga. Es maravilloso encontrar en nuestra práctica diaria la voz de un no judío admirando la tradición y la vivencia en el espíritu de la Torá. Todos tenemos voz, y le damos especial valor al diferente. El domingo pasado estuvimos en Limud BA  donde "todos podemos enseñar y todos podemos aprender", valorando las diferencias en nuestra forma de vivir la tradición. En esta misma Parashá encontramos a un burro que nos ayuda a aprender. Que mejor inspiración que el burro que le habla a Balaam? Las voces son valiosas, cuando son sinceras y respetuosas; aún las de un burro. Será por eso que en este blog nos animamos a comentar la parashá!! Pero en general

Balak

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  Esta parashá cuenta la historia de Balak, Rey de Moav que contrata al profeta pagano Balaam para maldecir a los israelitas. Pero Dios interviene de tal forma que Balaam solo puede bendecir. Balaam mira hacia el desierto y al ver a Israel acampando formando una hermosa comunidad, los bendice. Usa palabras que conocemos muy bien ya que las pronunciamos cada vez que entramos a la sinagoga “Ma tovu ohaleja Iaakov, mishkenoteja Israel - ¡Cuán bellas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, pueblo de Israel! “ (Números 24:5). El Rabino Dr Reuven Hammer en su comentario del Sidur “Or Hadash” comenta: estas palabras son apropiadas para recitar cuando entramos a la sinagoga, ya que los Sabios interpretaron la palabra “ohaleja” “tus tiendas” como las sinagogas y casas de estudio. Y por otro lado el Talmud basa sus requerimientos de respeto de privacidad en este verso, explicando que Balaam, bendijo a las tiendas de Iaakov, porque estaban dispuestas de tal forma que una familia n