Nitzavim - corazones de alcauciles - No del cielo, sino de la tierra

Esta semana leemos en la Torá dos porciones juntas: Nitzavim y Vaielej. Nosotros elegimos unos versículos de la primera de ellas:
Porque este mandamiento que te ordeno hoy no te es encubierto ni está lejos de ti; no está en el cielo para que digas: "¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos'' Ni está más allá del mar para que digas: ¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos? sino que la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas por obra. (Devarim / Deuteronomio 30: 11-14)
Las personas han mirado, desde siempre, hacia el cielo para esperar las palabras de sabiduría e inspiración. Buscan las palabras que surjen desde las nubes, entre relampagos y truenos, y llegan para guiar y dar significado a la vida. Es por eso que el mismo texto de la Torá dice: "ustedes mismos, tu mismo, tu palabra y tu corazón son los que guian tus acciones". La ley está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.

En una época en que la gente busca respuestas en el cielo, cumple ritos y venera leyes y costumbres porque vienen del cielo, la Torá viene a decirnos que la ley y nuestras acciones estan muy cerca. Con inspiración divina y siendo fieles a las enseñanzas y al amor por las palabras milenarias, podemos encontrar en nosotros mismos el motor de nuestra acción.

La palabra y el corazón. Hoy nos inspiramos con los corazones de alcauciles que nos regala la primavera. La primavera llega desde el cielo; los corazones de alcauciles crecen bien en la tierra.


Años anteriores:
Kreplaj de carne - preprándonos para Iom Kipur
Leikaj - compartiendo enseñanzas y recetas
Lengua a la vinagreta - cerca de ti en tu boca


Corazones de alcauciles marinados con hierbas
Adaptado de Ottolenghi y pueden ver el video aquí. Si no están en época de alacuciles frescos se pueden usar corazones de alcauciles congelados o en conserva.  Los alcauciles frescos dan un poco de trabajo de limpiar, pero tienen un gusto tan primaveral que vale la pena el esfuerzo. Especialmente si tenemos una pila de compost donde tirar todas las hojas que hay que sacar hasta llegar al corazón de los alcauciles. 

Para limpiar los alcauciles:
Llenar un bol grande con agua y
  • Jugo de 1 limón

Cortar parte del tronco del alcaucil y pelar la parte que dejamos.
Retirar todas las hojas duras del alcaucil hasta llegar a las hojas más blandas.
Con un cuchillo afilado cortar la parte de arriba (2 – 3 cm)
Cortar el alcaucil a la mitad y con una cucharita sacar el centro que tiene los pelos.
Cortar las mitades en rodajas de medio centímetro.
Poner en el agua con limón para que no se oscurezcan.

Para cocinarlos, poner en una olla:
  • 70 ml de jugo de limón (2 limones)
  • 2 ramitas de tomillo fresco
  • 3 dientes de ajo cortados en rodajas
  • 10 granos de pimienta negra
  • 60 ml aceite de oliva virgen extra
  • 4 cucharadas de agua

Agregar los alcauciles cortados, llevar a hervor y cocinar 25 minutos.
Enfriar.

Remojar por 15 minutos
  • 100 gr trigo bulgur
  • ½ taza agua hirviendo
Mezclar:
  • 200 gr arvejas frescas cocidas (o usar congeladas)
  • El trigo bulgur remojado (se puede sustituir por quinoa)
  • 1 taza de hierbas picadas (mezcla de perejil, menta, eneldo)
  • Los alcauciles cocidos con su salsa

Antes de servir espolvorear con
  • 1 cucharada de granos de pimienta rosada
  • Hojas de albahaca morada (o verde)

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