Bemidbar - ensalada crocante
Esta semana comenzamos la lectura del cuarto libro de la Torá: sefer Bemidbar o libro de Números.
Para entender la diferencia en el nombre, recurrimos a la moderna fuente rabínica Wikipedia: Números (del griego Ἀριθμοί, Arithmoi; hebreo: במדבר, Bəmidbar, "En el desierto")
Mientras que en hebreo estamos en el desierto realizando un censo del pueblo, en griego estamos haciendo cuentas y sumando gente. En la visión griega, partimos de los individuos, los sumamos y llegamos a la totalidad. En la visión hebrea, el pueblo está en el desierto y describimos como se compone. Es que en este momento ya somos un pueblo, conformado por tribus, cada una con sus familias e individuos.
Sin querer hacerle competencia a los colegas Ariel y Renata de AtzagatHashavúa, ni querer traspasar ningún límite, vamos a hacer una analogía infantil. En nuestro cuento, el pueblo nace en un coliflor o en una granada, y no en un repollo como los niños. Ese coliflor se compone de tribus y familias, donde cada una de ellas es una flor; y la granada se compone de racimos de semillas muy dulces.
Nuestra ensalada quiere ser crocante y dulce como el pueblo que contamos al salir al desierto.
Este shabat los autores del blog estamos a la distancia - David en Montevideo y Helen en Ottawa (por eso una receta con toque canadiense de jarabe de maple).
Hace un año: Shakshuka del desierto
Hace dos años: Hummus hecho en casa
Para entender la diferencia en el nombre, recurrimos a la moderna fuente rabínica Wikipedia: Números (del griego Ἀριθμοί, Arithmoi; hebreo: במדבר, Bəmidbar, "En el desierto")
Mientras que en hebreo estamos en el desierto realizando un censo del pueblo, en griego estamos haciendo cuentas y sumando gente. En la visión griega, partimos de los individuos, los sumamos y llegamos a la totalidad. En la visión hebrea, el pueblo está en el desierto y describimos como se compone. Es que en este momento ya somos un pueblo, conformado por tribus, cada una con sus familias e individuos.
Sin querer hacerle competencia a los colegas Ariel y Renata de AtzagatHashavúa, ni querer traspasar ningún límite, vamos a hacer una analogía infantil. En nuestro cuento, el pueblo nace en un coliflor o en una granada, y no en un repollo como los niños. Ese coliflor se compone de tribus y familias, donde cada una de ellas es una flor; y la granada se compone de racimos de semillas muy dulces.
Nuestra ensalada quiere ser crocante y dulce como el pueblo que contamos al salir al desierto.
Este shabat los autores del blog estamos a la distancia - David en Montevideo y Helen en Ottawa (por eso una receta con toque canadiense de jarabe de maple).
Hace un año: Shakshuka del desierto
Hace dos años: Hummus hecho en casa
Ensalada crocante de coliflor asado y avellanas
Adaptado de “Jerusalem” por Yotam Ottolenghi y Sami Tamimi. Receta inspirada en la chef australiana Karen Martini. El coliflor asado tiene un gusto y una textura totalmente diferente a la verdura hervida - crocante y caramelizado queda espectacular.
4 porciones
Calentar el horno
a 250 oC
Mientras el horno se
calienta, tostar por 5 – 10 minutos – cuidando que no se quemen.
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5 cucharadas (30 gr)
avellanas
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Enfriar, picar grueso y
reservar.
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Separar en ramitos de
flores chicos
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1 cabeza de coliflor
(aprox. 600 gr)
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Poner en una asadera de
horno y mezclar con
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3 cucharadas aceite oliva
virgen extra
Sal
Pimienta negra molida
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Hornear en la parte de
arriba del horno hasta que estén crocantes y doradas (30 minutos).
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Poner en un bols a
enfriar.
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Mezclar
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2 cucharadas de aceite
oliva virgen extra
1 cucharada de vinagre de
jerez
1 ½ cucharita de jarabe de
maple (o miel)
Pizca de canela molida
Pizca de pimienta de
Jamaica molida
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Agregar y mezclar bien
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El coliflor asado
Las avellanas picadas
1 rama de apio picada en
rodajas finas
1/3 taza perejil picado
grueso
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Espolvorear con
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La mitad de semillas de
una granada
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Servir a temperatura
ambiente.
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