Jukat en la Sinagoga

Este Shabat de vacaciones de invierno, nuestro rabino Ariel y su familia toman parte de su descanso anual con la familia en San Pablo y me pidió que lo ayude con las palabras de Torá de esta semana.

Y como son vacaciones, unas muy frías vacaciones de invierno, precisamos que la lectura de la Torá nos caliente el alma, el espíritu y también el cuerpo:

Elegimos un Caldo vegetariano con Kneidalaj de oliva

(Ver la receta que Helen puso abajo)

Y qué tiene que ver esta receta con la Porción de la Torá de esta semana? Es que la base de la sopa es el agua, mucha agua,a la cual le incorporamos otros ingredientes con mucho cariño. Después esperamos y revisamos la olla con la esperanza y el optimismo de obtener LA SOPA. Esa sopa que nos protege del frío y luego nos cura de las enfermedades.

El relato de Parashat Jukat comienza con las instrucciones que Dios le da a Moisés y Arón respecto de la Vaca Colorada (que purifica e impurifica) a través de su contacto con el agua;

muere Miriam y falta el agua;

el pueblo se queja;

y Moshé golpea la roca para extraer agua, en vez de hablarle como le dijo Dios;

y finalmente muere Aron.

En esta sucesión de pureza e impureza, vida y muerte, palabras y golpes, encontramos un relato que puede ser visto como una narrativa entre el pueblo de Israel y el Agua, la que aparece citada 24 veces, y muy asociada a la figura de Miriam, la hermana de Moshé y Aarón.

En esta parashá muere Miriam

En Pesaj, recodamos a Miriam incluyendo una copa de agua en la mesa.

La copa de Miriam con agua de manantial, evoca los milagros del pasado y del presente, complementando la copa de Elías, que es llenada con vino, y representa la redención. Miriam una profetisa y líder del pueblo, es siempre asociada con los milagro por agua. Su nombre “Mir-iam,” contiene la palabra hebrea para “mar.” Cuando niña, Miriam cuidó vigilantemente a su pequeño hermano que estaba en el Nilo cuando fue rescatado por la hija de Paró. Después del milagro de la separación de las aguas del Mar Rojo, Miriam toma un pandero y conduce a las mujeres que cantan y bailan. El midrash afirma que el pozo de agua acompañó a los hijos de Israel a través del desierto debido al característico optimismo y fe de Miriam.

“y allí murió Miriam y fue allí sepultada. Y no hubo agua para la congregación” (Números 20: 1-2)

Por lo tanto la tradición especula que el pozo de Miriam partió con su muerte. (BT Taanit 9a), pero luego regresó y permanece con nosotros hasta hoy en día.

En Pesaj, recodamos a Miriam incluyendo una copa. Hoy la recordamos con una buena sopa.

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