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Truma - Töltött Káposzta tomando y dando

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A partir de l a parashá de esta semana, el resto del libro de Éxodo se centra en la construcción y función del Mishkan - Tabernáculo, la estructura portátil que aloja al Arca y a las Tablas con los Diez Mandamientos. La construcción se hace posible con los aportes de toda la comunidad: Habla a los hijos de Israel y que tomen [ve ikju] para Mí una ofrenda; de toda persona cuyo corazón le motive, tomarán Mi ofrenda. (Shemot – Éxodo 25:2) Aquí tomo la traducción de la Rabina Silvina Chemen para Ve-ikju – "tomen" (aunque en la traducción del Etz Hayim es traducido como “bring – den, entreguen” - ya que los aportes se dan, no se toman). Pero es “tomen” porque el que da siempre recibe algo. Es el sentimiento de ser generoso y hacer realidad algo importante; es el hecho de compartir con otros un emprendimiento; es saber que podemos entregar algo de valor sin sentirnos disminuidos. Algo así pasa cuando cocinamos: es mucho esfuerzo; lleva tiempo y recursos; es mucho lo

Bo - cordero para rebeldes con causa !

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“Y comerán la carne [de cordero] asada al fuego, con matzot y hierbas amargas” (Shemot-Éxodo 12:8) En esta parashá se celebra el primer Pésaj, como preparación para la salida de Egipto. El pueblo de Israel recibe las instrucciones de qué comer, cuándo y cómo. En el comentario de esta semana para la UJCL , el Rabino David Cohen-Henríquez (Congregación Kol Shearith Israel, Panamá) nos explica: “…. el acto de separar los corderos, sacrificarlos y untar su sangre en las puertas, era una señal de desafío a sus opresores. Podríamos decir que este acto era el equivalente a escribir un grafiti en las paredes, un gran símbolo de anarquía en rojo o algún mensaje en contra de un dictador. Fue un acto de coraje y valentía, una revolución grupal en la cual, literalmente, se comieron a los dioses egipcios. ¡Cómo habrá sido la reacción de los egipcios, al ver a sus esclavos oprimidos levantarse en audacia, hasta el nivel de tomar y consumir aquello que ellos consideraban sagrado! No er

Vaishlaj

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Esta semana continuamos con la historia de Iaakov, con sus desafíos y enfrentamientos. La Rabina Silvina Chemen nos hace notar que este es el momento del enfrentamiento más difícil: enfrentarse a sí mismo. “Así se quedó Iaakov solo¸ y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba” (32:24) y esta lucha lo transforma de tal forma que vuelve a renacer llamándose Israel “porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” (32:28) Se encuentra a sí mismo y pacta. Y así como en los nacimientos biológicos, renacerse es doloroso. Deja marcas, imprime huellas, para siempre. En el cuerpo y en el alma. Nos cuenta la Torá sobre estas heridas “Y cuando vio que no podía con él, tocó la coyuntura de su muslo, y se desgarró Iaakov mientras luchaba con él” (32:26). Las heridas son tales que duran hasta hoy en las reglas de kashrut por las cuales Uruguay no exporta los cuartos traseros vacunos a Israel. “Por tanto, no comen los hijos de Israel del tendón encogido, que está en la coy