Balak - morrones invisibles
El año pasado ya contamos la historia del profeta pagano Balaam y su burra /asna que tiene la particularidad de ser un animal que habla (algo no muy común en una historia bíblica) y que acompañamos con una receta de Burritos parlantes. Pero esta asna no solo habla sino que tiene la capacidad de ver lo que es invisible a los ojos de Balaam: "Y la asna vio al ángel del Eterno puesto de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano, y se desvío el asna del camino, y anduvo por el campo. Y golpeó Balaam al asna para hacerla volver al camino." (Bamidbar / Números 22:23) La asna ve al ángel, no una vez, sino tres veces (22:23, 22:25, 22:27). Los comentaristas no comentan sobre el hecho que quien ve y habla es una asna, no un asno. Es más, en el Tzena Urena (escrito en 1590 por un hombre), neutralizo el sexo del asno. Irónicamente el Tzena Urena fue escrito por Rabbi Shlomo ben Isaac Ashkenazi con comentarios simplificados de la lectura semanal de la Torá y pasaje